La cascada
del Tequendama o Salto de Tequendama es un salto natural de Colombia, ubicado
en el municipio de Soacha. Se encuentra a unas 6 leguas al suroeste de Bogotá.
El río
Bogotá cae desde una altura de 2465 metros sobre el nivel del mar a unos 157
metros de altitud sobre un precipicio rocoso que forma la cascada.
El héroe
más famoso entre los chibchas era el sabio Bochica. Cuenta la leyenda que un
día desapareció en el lugar de la salida del sol, dejando su huella marcada en
una enorme roca.
Años más
tarde, hubo una terrible inundación que destruyó aldeas y mató a muchas
personas. Los Muiscas imploraron a Bochica y éste apareció por sobre el arco
iris. Armado con su
cetro de oro, Bochica golpeó las rocas dividiéndolas en medio de un gran
estruendo. El agua irrumpió formando una cascada gigante de espuma blanca. Así
Bochica según el mito creó el Salto Tequendama.
Este hotel
de lujo fue construido en 1923 por el arquitecto Carlos Arturo Tapia e
inaugurado en 1928 como alojamiento de las más exclusivas élites de la capital
colombiana.
El edificio era muy popular por sus impresionantes panorámicas y la naturaleza que le
rodeaba.
Sin
embargo, debido a la contaminación del Río Bogotá, los turistas perdieron su
interés en el área. Abandonado se convirtió en el lugar favorito
de muchos suicidas.
Situado
justo enfrente de la cascada y en el borde del acantilado, paso a ser un triste
lugar donde muchos eligieron terminar con su vida.
¿Por qué
las historias de fantasmas y almas en pena se conocen en gran promedio alrededor de este edificio?. Renombrados parapsicólogos y cuidadores del
refugio dicen que en Salto del Tequendama, es normal ver presencia de espectros
(apariciones) y sucesos sobrenaturales acompañados de gritos desgarradores.
Una persona
tomaría unos seis segundos para llegar en caída libre hasta el fin del salto.
Esta
cascada no sólo atrae a la gente por su belleza natural, sino por su misterio
ancestral y el de la fundación del hotel.
Gente
abrumada por sus problemas sociales, económicos y especialmente sentimentales
decidieron suicidarse saltando en la cascada.
Cientos de personas se arrojaron en este lugar y nunca los encontraron,
razón por lo cual los familiares de los suicidas se ahorraban el costo de los
entierros. El primer cuerpo en ser rescatado fue el Sr. Eduardo Umaña el 22 de enero 1941. Tal era el número
de suicidas que en la zona se encuentran placas invitando a los desesperados a
recapacitar “Tus problemas tienen
solución”, ”El Señor Jesucristo te
dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida Jn 14:6”.
Cronistas de la época merodeaban la zona en
busca de suicidas que le den una buena historia para publicar en algún matutino
de la época, incluso llego a existir la competencia entre “los periodistas” por
la mejor entrevista de saltadores. Canciones de aquel tiempo trataban la problemática
del lugar.
En la
década del 90 el edificio llegó a un cambio de imagen, hoy día es un museo
dedicado a la biodiversidad de Colombia y tiene muchas exposiciones públicas todos
los años.
Se les
anima a los visitantes a ser conscientes de su entorno y evitar caminar por los
pasillos en la noche.
Por ahora
estará abierto los fines de semana y días de fiesta, los viajeros pueden
obtener información gratuita sobre los sitios turísticos que se encuentran en
la zona y las actividades a realizar.
El salto
del Tequendama es un lugar de atracción turística, ya que tiene una gran
belleza natural, muestra la gran vista de la cascada, y narra diferentes
historias que ocurrieron allí. Sin lugar a dudas forma parte de las numerosas curiosidades de la bella Colombia.
Es un mito o una leyenda
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