Asombrosa fotografía del Parque Nacional Nahuel Huapi.


Foto: Parque Nacional Nahuel Huapi


Según cuenta la historia, el origen del hermoso Parque Nacional Nahuel Huapi (Que pueden ver en la fotografía), se remonta hacia el año 1903, fecha en que el Perito Francisco Pascasio Moreno regalo a la Nación un terreno de 3 leguas cuadradas, ubicadas en el límite de las provincias de Río Negro y Neuquén. El área pasó a conformar el núcleo del primer Parque Nacional de la República Argentina, fue en 1922 cuando se declaró como "Parque Nacional del Sud". Por 1934 el Congreso de la Nación Argentina aprobó por ley la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi, ampliando su territorio. Fue así como la Argentina se convirtió en el 3er país de América en contar con un Parque Nacional.


6 comentarios:

problematica ambiental parque nacional nahuel huapi dijo...

El Parque Nacional Nahuel Huapi tiene una problematica ambiental, Sin duda, el problema de conservación más relevante que afecta al área protegida es la presión que ejercen las especies exóticas introducidas sobre las nativas, tanto de la fauna como de la flora.
Esta problemática se inicia hace muchas décadas, con el asentamiento de pobladores dentro de los territorios que posteriormente pertenecerían a este Parque Nacional.
Con el establecimiento de estancias, previamente a la creación del Parque, los pobladores trajeron consigo ganado doméstico.
El pastoreo del ganado ocasiona, incluso en la actualidad, un importante impacto sobre el normal desarrollo de la vegetación, tanto por el ramoneo como por el pisoteo de los renovales, entre otros factores, lo cual retarda o impide la renovación del bosque.

Las actividades ganaderas, que todavía no han sido erradicadas de la zona, afectan a la casi totalidad del ambiente estepario y a sectores de los bosques ecotonales. Dentro de estos últimos, se ven afectados los bosques de ciprés, que poseen un importante valor de conservación dada su poca representación dentro de otros parques. La situación de estos ambientes resulta aun más crítica si se considera, además del sobrepastoreo, la extracción furtiva de madera y los incendios accidentales e intencionales.
Otra de las actividades problemáticas para la conservación del ambiente natural, y que comenzó antes de que existiera el Parque, es la forestación con especies exóticas. Sin embargo, los ambientes afectados por esta actividad son de una magnitud considerablemente menor a los afectados por el uso ganadero.

Los asentamientos humanos dentro del Parque corresponden tanto a propietarios privados como a pobladores que no son dueños de las tierras que ocupan, pero a quienes el Estado les ha adjudicado, en épocas pasadas, los llamados “permisos precarios de ocupación y pastaje”. Es particularmente preocupante la situación de estos permisionarios, la mayoría de los cuales vive en condiciones precarias. Sus actividades ganaderas, de las que dependen para su subsistencia, no son sometidas a un verdadero control. Si bien los permisos de ocupación deberían caducar con la muerte del titular, muchos de los descendientes continúan ocupando las tierras.
La disposición de estos asentamientos no se llevó ni se lleva a cabo dentro de un contexto conservacionista, y bajo la presión del ganado se ven afectados parte de los bosques nativos.
La pérdida de la cobertura vegetal en la zona preandina ocasiona, tal como ocurre en otras partes de la región, una erosión severa de los suelos. Estos son particularmente frágiles al quedar expuestos, debido a sus propias características, a las pendientes pronunciadas y a las abundantes precipitaciones que reciben.
El ingreso del ganado en la región no sólo produjo un impacto negativo sobre la vegetación. Se sospecha que transmite enfermedades a la fauna nativa (parasitosis, brucelosis y, presuntamente, aftosa), lo cual estaría causando la muerte de un gran número de ejemplares de huemul, que no tienen defensas naturales contra este tipo de infecciones.
Entre las especies introducidas que se han asilvestrado se encuentran el ciervo colorado, el ciervo dama, el jabalí, la liebre, el visón, el faisán plateado, la codorniz de California y cuatro especies de peces. Estas especies alteran las características del ambiente en forma significativa, porque el tamaño de sus poblaciones va en aumento, colonizan gradualmente nuevos sectores del Parque y prosperan a expensas de las especies nativas.
El ciervo colorado, que ocupa sobre todo la zona del ecotono, es un ejemplo de competencia con el huemul por los recursos.
Los cérvidos nativos, además, sufren las amenazas de la caza furtiva y el asedio de los perros asilvestrados, también traídos a la zona por los pobladores para el manejo de su ganado.
Además, la incorporación a los cuerpos de agua de peces exóticos (como los salmónidos Salvelinus fontinalis, Salmo gairdneri y Salmo fario) ocasiona la retracción de la ictiofauna nativa.

problematica ambiental parque nacional nahuel huapi dijo...

Las actividades turísticas generan un sinnúmero de problemas en cuanto a la conservación del ambiente natural. Por un lado, la gran demanda que tienen algunos destinos hace que la sobrecarga turística los deteriore. Por otro, hay zonas cuyo acceso se encuentra débilmente controlado, lo cual facilita la dispersión de los visitantes aún hacia zonas que deberían conservarse intangibles .
A su vez, la cercanía de centros urbanos con alta densidad de población y una importante recepción de turismo a lo largo del año, como la ciudad de Bariloche, genera los problemas ambientales propios de toda ciudad. Por ejemplo, la producción de residuos domiciliarios y efluentes cloacales, sólo por mencionar algunos.

Anónimo dijo...

La Flora del PARQUE NACIONAL NAHUEL HUAPI es impresionante! los árboles majestuosos tal se ven en la foto son de distintas especies entre ellas las siguientes:
En el Parque Nacional Nahuel Huapí hay predominantemente bosques mixtos de lengas, ñires y coihues. Sin embargo hay lugares donde se encuentran bosques de otros tipos, como son el caso del bosque puro de arrayanes (como en el Parque Nacional Los Arrayanes) o la selva valdiviana en la zona de Puerto Blest, o los Parques Nacionales lago Puelo o Los Alerces. Ésta última, como su nombre lo demuestra, es característica de Valdivia, al sur de Chile. En nuestro país crece en escasos lugares, en zonas muy húmedas con altas precipitaciones (4.000 mm. anuales) y al oeste de la cordillera de los Andes. En éstos bosques predominan el coihue, alerce, mañiú y el ciprés de las guaitecas. Se encuentra en ellos una gran cantidad de formas vegetales, con un sotobosque muy poblado por enredaderas, hongos, musgos, líquenes, etc.
A continuación se describen brevemente las principales especies de la zona, para que aquellos que viajen puedan reconocerlas y aprender de la naturaleza.

Las Coníferas:
Alerce o lahuán. Fitzroya cupressoides:
Encontrará esta especie en la zona de Puerto Blest, en los senderos que van desde el río Frías hasta el lago Nahuel Huapí y en el que va al lago Ortiz Basualdo. También se encuentra en otros Parques Nacionales como el Puelo o los Alerces.
Su característica más sorprendente es su longevidad, existiendo ejemplares de hasta 4.000 años.
Su corteza es rojiza, sus hojas son muy pequeñas, alcanzando una altura de hasta 40 metros.

Mañiú hembra. Saxegothaea conspicua:
Esta especie crece principalmente en la zona de Puerto Blest, por ser un sitio extremadamente húmedo, creciendo más en Chile que en nuestro país. Allí se desarrollan dos especies de Mañiú, el macho y la hembra, siendo esta última la más frecuente. Sus hojas son pequeñas, entre 1 y 2 cm, sus frutos son rojizos y su corteza lisa.

Ciprés de la cordillera. Austrocedrus chilensis:
Esta especie se encuentra generalmente en lugares húmedos, aunque pueden encontrarse también en la zona de transición con la estepa, debido a su gran capacidad de adaptación y resistencia la sequía. En Argentina se encuentra desde Neuquén hasta Chubut, creciendo también en Chile. También podrá apreciarlos en lugares soleados, planos y en las laderas que dan al norte. Un ejemplo es el cerro Comandante Díaz, apreciable desde San Martín de los Andes.
Sus particularidades son su alargada y piramidal copa, sus pequeñas hojas, sus aplanadas ramas, su roja corteza y sus frutos en forma de cono.

Anónimo dijo...

Del Género Nothofagus:
Son varias las especies que conforman esta familia. En Argentina existen seis especies, de las cuales solamente cinco especies de Nothofagus se encuentran en Neuquén. Este género pertenece a las Fagáceas, al igual que las hayas, los castaños y los robles norteamericanos y europeos.
La otra especie de Nothofagus que crece en el país lo hace en la provincia de Santa cruz, es el N. betuloide (cohiue de Magallanes).
A continuación se detalla una breve descripción sobre las cinco especies de Nothofagus existentes en la región.

Lenga Lenga. N. pumilio:
Lo interesante de esta especie es la transformación de su aspecto (como árbol o arbusto achaparrado) a medida que varía la altura. Podrá encontrar Lengas desde la provincia de Neuquén, entre los 900 y 1.800 m.s.n.m., hasta en Tierra del Fuego en las costas del canal de Beagle, con forma de arbusto. En los sectores altos del bosque se encuentra la lenga en forma de letra “ele”, como encorvada debido al peso de la nieve que aguanta durante el invierno.
Su corteza es grisácea y sus hojas son ovaladas, de color verde brillante, con borde ondulado, de 4 cm de largo por 2 cm de ancho.

Coihue. N. dombeyi:
Esta especie se encuentra al oeste del Parque, desarrollándose en zonas muy húmedas, laderas con orientación sur, en cañadones y a orillas de lagos y ríos. Como su nombre en mapudugun lo indica Co: agua, Hue: lugar.
Se destaca por ser el más grande de los Nothofagus y porque no pierde sus hojas en otoño. Las mismas son pequeñas, de color verde oscuro, opacas y muy duras. Y su corteza es grisácea y tiene hendiduras con poca profundidad.

Roble pellín. N. obliqua:
Creciendo solamente en la provincia de Neuquén, podrá encontrar esta especie en los alrededores de la localidad de San Martín de los Andes: en la cuenca del Lácar, en Hua Hum, en la base del Cerro Mallo, en el cerro Curruhuinca.
Por su forma y tamaño se parece al Raulí, formando bosques mixtos en varias ocasiones.
Su corteza parece manchada, debido a las grietas que forman placas rectangulares, las cuales se pierden dando la impresión de manchas.

Ñire. N. antarctica:
Esta especie crece desde el norte neuquino hasta la Isla de los Estados, en Tierra del Fuego.
En Neuquén se lo encuentra en la zona de transición con la estepa, en lugares muy húmedos y fríos, en el límite altitudinal del bosque, en los fondos de los valles y en faldeos muy expuestos.
Se lo puede observar en laguna Verde, pampa de Trompul, lago Escondido, lago Curruhué, etc.
Su corteza es agrietada y de color grisáceo, su tronco es muy retorcido y sus hojas son de color verde brillante con forma aovada. Cuelga de sus ramas la llamada “barba del diablo”, un liquen verde claro similar a hilos enredados.

Anónimo dijo...

Los mapuches dieron a la cuenca más importante el nombre Nahuel Huapi, que significa "isla del tigre" y que hace referencia a la isla Victoria, la más grande del lago. Se presume que este nombre alude al tótem de una familia puelche que pobló la zona o quizás a la comparación de aquellos indígenas con los tigres por su audacia y valentía.
Más allá de las leyendas e historias que inspiró el Nahuel Huapi, lo cierto es que a su alrededor se asentaron diferentes grupos étnicos: los tehuelches (cazadores y recolectores), los puelches (adaptados a la vida lacustre) y los araucanos (de actividad agrícola). Estas poblaciones indígenas superaron las expediciones esclavistas que provenían de la región de Chile, las misiones jesuíticas y los distintos exploradores, hasta quedar finalmente desarticuladas por la Conquista del Desierto, en 1883.
Casi inaccesibles, hoy en día el Parque Nacional Nahuel Huapi preserva rincones con numerosos sitios arqueológicos que tienen más de 10.000 años, donde se encuentran petroglifos y pinturas rupestres.

Anónimo dijo...

Los colonizadores y pioneros europeos introdujeron especies exóticas como el ciervo colorado, el ciervo dama, el jabalí y la liebre, con el fin de embellecer lo que consideraban una empobrecida fauna de estos ambientes. En los bosques que no estaban adaptados causaron un gran impacto, al igual que en las especies nativas. Del mismo modo, la introducción de la trucha para la pesca hizo retroceder al puyen y al pejerrey patagónico. Por estas razones, se permite la caza y la pesca reglamentada y autorizada en distintas temporadas por la intendencia del Parque Nacional.
Asimismo fueron introducidas la rosa mosqueta, el lupino, la retama y la margarita que, entre otras plantas, se aclimataron perfectamente. Y gracias a la falta de controles naturales, comenzaron a dispersarse ya sin ayuda del hombre.
La extracción maderera ilegal y los incendios forestales amenazan la conservación de esta área protegida. La lenta recuperación de las especies arbóreas facilita que las lluvias y el viento laven el suelo causando erosión.

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...